¿Y EL SPANGLISH?

Beatriz Valdés

En la Roma antigua se hablaba latín; fue la lingua franca en todo el mundo civilizado.  Se habló, leyó y escribió latín por dos mil años (el Papa y los Obispos aún lo hacen); y gracias a los seminaristas del Medioevo, se transmitió y enseñó en las escuelas y Universidades de Europa y América hasta hace apenas dos generaciones, incluida la mía.

La razón para que los que no eran ciudadanos romanos hablaran latín era evidente: ¡quién no querría comunicarse, interactuar,  aprender de la fuente del mejor gobierno, las mejores leyes, compartir el progreso en todos los campos, tener la protección de la fuerza bélica mejor entrenada, acceso a una riqueza comercial y cultural extraordinaria, en fin, nexos con el país más poderoso del mundo?

Estados Unidos de Norteamérica , angloparlante, es el equivalente del imperio romano. Allí bulle el meollo de todo. Negarlo es querer tapar el sol con un dedo.

Las mejores universidades, centros de arte, hospitales, mercancías, tecnología de punta, innovaciones, etc.  se desarrollan y prosperan allí, y el mundo acude para beneficiarse de todo ello.

Creo que es importante que todos aprendamos temprano el inglés, pero voy más lejos: no veo con malos ojos que se salpiquen anglicismos en las conversaciones en español. O en los escritos. Lo percibo como una de las particularidades de la globalización que obliga al cambio, a la flexibilidad y a la convivencia multicultural.  ¿Acaso no se ha hibridizado el matrimonio? ¿No ha cambiado el rol de la mujer? ¿No es casi un fenómeno el modo de vestir? Y  qué decir de las rarezas que día a día inventa la gastronomía.

Ni me indigna que surja un dialecto nuevo, el “Spanglish” si facilita la vida de los hispanohablantes que emigran. Son personas en situación crítica que encuentran la manera de comunicarse. Aprendizaje autodidacta  a nivel de urgencia vinculado al encuentro de culturas que las migraciones producen.

Sin menoscabar el valor de utilizar lo más correctamente posible los lenguajes, propongo que convivamos con los anglicismos, y hasta con el Spanglish. Una cosa no descalifica a la otra.

Junio, 2018