Nací en la ciudad de Panamá, con la II Guerra Mundial como  telón  de fondo.  Mi  padre: Eduardo Valdés Guardia, era abogado, como su padre y su abuelo.  Mis abuelos paternos ya habían fallecido cuando llegué al mundo. Mi  madre, Thelma Escoffery Veysset, era hija de Francis Escoffery, británico, y Helene Veysset Prieur,  francesa. Sus padres, Edmond y Jeanne, vinieron a Panamá a raíz del Canal francés. Mi abuelo Francis, patriarca ejemplar, fue importante en mi vida. Mi padre veneraba la educación, y mi madre fue viajera incansable y gran lectora de historia. Tengo un hermano, Eduardo Valdés Escoffery, abogado, y desde hace veinte años Magistrado del Tribunal Electoral.
Celebrando mi graduación en Derecho.
Con mi hija Mariela de Paredes, y nieta Marielita Paredes de Fadul
Estudié la primaria en el colegio María Inmaculada y en el entonces recién estrenado Las Esclavas,  y la secundaria en un internado en Inglaterra: St. Philomena´s, ubicado en Surrey, a 20 minutos de Londres por tren, regentado por monjas belgas, gentiles y liberales. Los años en Inglaterra fueron los más felices de mi infancia, dejándome no sólo el recuerdo de un entorno hermoso y compañeras entrañables, sino un perdurable amor por la lectura –que, gracias a una estupenda biblioteca en el colegio, se cimentó leyendo los clásicos ingleses. También me brindó Inglaterra la oportunidad de obtener el Certificado de dominio del idioma inglés de la Universidad de Cambridge, lo que me permitió convertirme en Intérprete de inglés al español y viceversa, y ejercer como Intérprete Oficial del Ministerio Público. Dominar el inglés desde joven ha sido uno de los grandes regalos de la vida. Me permitió acceder a las obras contemporáneas sin demoras.
Mi rasgo principal ha sido la curiosidad intelectual y mis lecturas lo reflejan. Me interesan (aunque mera diletante) la antropología, la astronomía, la astrofísica, la medicina, las biografías, la historia, la filosofía, la gastronomía, y por supuesto, la literatura plasmada en novelas, ensayos y cuentos. Dediqué a estudiar la cultura japonesa una década. Y en mis anaqueles hay escritores de todos los confines.

Contraje matrimonio con 17 años  y pronto tuve dos hijas, de ahí que fue a los 36 años cuando inicié la carrera de Derecho en la Universidad Santa María la Antigua, estudios que por circunstancias laborales y de familia demoré en culminar. Poseo la idoneidad expedida por la Corte Suprema de Justicia, pero nunca ejercí la profesión. 

Recibiendo del INAC copia de la Antología de Premios Miró en el  género Cuento. Me acompañan Consuelo Thomas y Enrique Jaramillo Levy.
Divorciada con 29 años, trabajé como Secretaria de la Junta Directiva y luego Directora de Información y RRPP del Banco Nacional de Panamá. Después ocupé el mismo cargo en el  Municipio de Panamá, y en la Lotería Nacional. Además, hacía trabajos de Traducción, y  en mi calidad de Intérprete Oficial del Ministerio Público, acompañaba al Fiscal de la Procuraduría para traducir las declaraciones hechas en inglés.  En las noches, me dirigía al diario La República para hacer las páginas sociales, que gustaban tanto que se les llegó a asignar toda una sección.

En aquella época llegaban numerosos bancos a Panamá, y con otros dos profesionales de las RRPP, inauguramos muchas de las nuevas oficinas con fiestas protocolares y sendas publicaciones.

En 1990 fundé y dirigí un Semanario social y cultural, El Heraldo, que circuló con marcada aceptación hasta el año 2000.

Ser periodista y en particular de sociales, me abrió las puertas de las Embajadas y los grandes eventos que deseaban despliegue de fotos y reseñas. Así tuve la memorable oportunidad de asistir a la fiesta  en honor del Presidente estadounidense Jimmy Carter con motivo de la firma del Tratado Torrijos-Carter